Aksaray, ubicada en el centro de Turquía, es una ciudad vibrante con una rica historia y una población en crecimiento. Situada en el borde de la meseta central de Anatolia, Aksaray está rodeada de impresionantes paisajes, incluido el volcánico Monte Hasan y el pintoresco Salt Lake.
A partir de 2021, Aksaray tiene una población estimada de alrededor de 420.000 habitantes. La ciudad cuenta con un patrimonio cultural diverso, que combina elementos de influencias turcas, persas y árabes. Los lugareños, conocidos por su cálida hospitalidad y su fuerte espíritu comunitario, han abrazado la modernización de su ciudad mientras aprecian sus raíces tradicionales.
Aksaray, como muchas regiones de Turquía, ha dependido tradicionalmente en gran medida de los combustibles fósiles para satisfacer sus demandas energéticas. El uso de energía de la ciudad ha dependido predominantemente del carbón y el gas natural, contribuyendo a un porcentaje significativo de su consumo total de energía. Según estimaciones recientes, aproximadamente el 80% de la energía de Aksaray proviene de combustibles fósiles, principalmente debido a decisiones históricas tomadas para priorizar el crecimiento industrial y el desarrollo económico de la región.
Uno de los factores clave que influyen en la situación energética actual de Aksaray es la presencia de reservas de carbón en la región circundante. La extracción y utilización de carbón para la generación de energía han sido prominentes debido a la facilidad de acceso y asequibilidad. Además, la proximidad a los yacimientos de gas natural ha reforzado aún más la dependencia de los combustibles fósiles para la producción de energía. Si bien estos recursos han proporcionado energía barata y accesible, también han contribuido a las preocupaciones ambientales, incluida la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.